Efecto Pobreza: Estrés Económico Máximo en 2024
En los últimos años, se ha evidenciado un empobrecimiento generalizado en la sociedad argentina, y la coyuntura reciente, que abarca desde 2022 hasta 2024, muestra que los sectores medios-bajos han sido los más impactados. Este fenómeno ha sido exacerbado por procesos de aceleración inflacionaria, caída de ingresos y un deterioro progresivo en los haberes de los hogares.

Indicadores de Estrés Económico
Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, el estrés económico alcanzó un alarmante 50% en 2024. La pobreza se situó en un 38,1% y la indigencia en un 8,2%, según las últimas cifras del INDEC. Este nivel de estrés es el más alto registrado desde la postpandemia de 2021, superando el umbral del 50% que había sido alcanzado por primera vez en 2016, en el contexto de un aumento de tarifas y precios durante el gobierno de Mauricio Macri.
Definición y Relevancia del Estrés Económico
El estrés económico no solo amplía el análisis de la pobreza multidimensional, sino que también mide la percepción de los hogares sobre su capacidad para cubrir consumos básicos mensuales y mantener patrones de consumo. La percepción de insuficiencia en los ingresos se ha convertido en un indicador clave del deterioro económico que enfrenta gran parte de la población.
Agustín Salvia, coordinador del informe Estrés económico: cambios y continuidades de la evolución histórica (2010-2024), destacó que el sentido común de no me alcanza proporciona una visión más realista de la pobreza, aunque se considere un factor subjetivo. Este informe revela que el estrés económico ha mostrado un incremento sostenido entre 2022 y 2024.
Impacto en los Sectores Socioeconómicos
El análisis por niveles socioeconómicos revela que el estrés económico alcanzó un 75,3% en 2024 para los sectores muy bajos, un aumento de 6,1 puntos porcentuales respecto al año anterior. Los sectores bajos registraron un 61,5%, aumentando 8,4 p.p. En los sectores medio-bajos, la cifra se situó en 35,7%, marcando el nivel más alto desde la postpandemia. Mientras que los niveles medio-altos se posicionaron en 15,2%, también alcanzando su máximo desde 2020.
La medición del estrés económico en función de las carencias no monetarias, como el acceso a salud, educación y seguridad social, muestra un aumento notable, especialmente entre aquellos con menos recursos. Por ejemplo, el indicador subió del 15,5% al 22,8% para el decil sin carencias, lo que refleja un deterioro significativo en la calidad de vida.
Desigualdades en el Estrés Económico
Además, se observa un mayor estrés económico en los hogares con niños, alcanzando un 54,6%, en comparación con el 38% en hogares sin hijos. Esta situación resalta la vulnerabilidad económica que afecta a la población infantil en particular.
El informe concluye que hay un empeoramiento generalizado en los sectores medios-bajos, con un incremento del 25% en su situación entre 2022 y 2024. Este escenario pone de manifiesto que las carencias en salud y la inseguridad laboral son factores que inciden fuertemente en el estrés social.
La experiencia de estrés económico se presenta como una herramienta útil para identificar situaciones de vulnerabilidad, que podrían pasar desapercibidas si solo se utilizan criterios objetivos de pobreza. Hogares que no son categorizados como pobres pueden estar enfrentando privaciones cotidianas que deterioran su calidad de vida.